Nuevamente frente a él. No lo odio, tampoco muero de ganas de que pase algo más con él. Estoy cómoda con su compañía, aunque no me es indispensable. Observo atentamente su mirada y entiendo. Veo recuerdos, imágenes y palabras; Cosas las cuales comparto y algunas otras que no encuentro razón para que allí figuren. Igualmente me gusta mirarlas. Tanto que no dejo de hacerlo. Río y las comento. Sin preguntar nada, él sonríe y también intercambia dialogos conmigo. Nos encontramos pese a todo, juntos. Sinceramente la situación no podría mejorarse. Y me encanta. Desearía que la mantengamos. No depende sólo de uno, y soy consiente de eso. Tendré que implementarlo? O sería acaso lo que me encuentro haciendo? Nunca lo sabre... o sí? ¿Cómo comprobarlo, no? Me siento plena y me gustaría tener el valor de preguntarle si se encuentra como yo.No pretendería que mal interprete mis deseos, menos aún mis acciones. Le digo que lo odio, y eso no le gusta. Busca que le diga que lo quiero? Cuál sería su reacción en ese caso? Bastaría una palabra para reemplazar la demostración que representa? Lo conozco. No creo que haga falta aclarar nada. Ambos sabemos que entre nos ,pueden quedar celos, pero jamás r e n c o r.

09.11